Jueves
26 de Diciembre de 2024
12 de noviembre de 2024
Un camino de esfuerzo, pasión y compromiso con el trabajo
Julia nació en San Martín de los Andes, Neuquén, y creció mudándose por diversas provincias argentinas debido al trabajo de su padre, lo que le permitió adaptarse a diferentes lugares. A los 12 años, su familia se estableció en Makallé (Chaco) de donde es originaria su madre. Allí, Julia completó sus estudios secundarios y comenzó a explorar sus opciones para el futuro, decidiendo estudiar ingeniería química en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en Resistencia.
En el año 2.014, para estudiar la carrera de ingeniería, a Julia le implicó mudarse de Makallé a la ciudad de Resistencia, ya que los horarios nocturnos de la UTN dificultaban el traslado diario hacia su localidad. Con mucho esfuerzo y el apoyo de su familia, Julia pudo sobrellevar los desafíos de estudiar una carrera exigente y adaptarse a las exigencias técnicas de la ingeniería química, a pesar de no contar con una formación técnica en el secundario. “Fue costoso hacer la carrera”, cuenta Julia a Makallé Digital, quien necesitó clases particulares adicionales para nivelarse con sus compañeros.
Sabía que era difícil quedarme en el Chaco porque la carrera que estudiaba requiere estar cerca de polos industriales
En 2.019, al culminar sus estudios, Julia aplicó al programa de profesionales de YPF y fue seleccionada para trabajar en la refinería de La Plata, Buenos Aires. Este paso marcó el comienzo de su carrera profesional en la industria, un reto que había visualizado desde sus años de universidad. “Sabía que era difícil quedarme en el Chaco porque la carrera que estudiaba requiere estar cerca de polos industriales”, explica Julia, quien desde el inicio tuvo el apoyo de su familia para perseguir sus metas.
A pesar de las distancias y los desafíos, Julia mantiene la conexión con su tierra natal. Extraña los domingos familiares, las reuniones con primos y amigos en Makallé (Chaco), pero también reconoce que ha logrado formar lazos en La Plata, su actual ciudad. “La Plata es una ciudad grande y muy linda. Ya estoy bastante adaptada”, comenta Julia, quien se siente impulsada por el apoyo familiar y sus nuevos amigos.
El reconocimiento es una motivación porque me apasiona mucho mi trabajo
Ser reconocida en su trabajo es una motivación constante para Julia. “El reconocimiento es una motivación porque me apasiona mucho mi trabajo. Que la empresa lo vea y te reconozca es una forma de motivarnos a que lo que hacemos está en el camino correcto”, expresa. Además, como reflexión final, Julia invita a los jóvenes de su pueblo a encontrar una vocación que les permita aportar valor a su entorno. “Motivarlos a estudiar y valorar el sacrificio que hace la familia. Todo esfuerzo tiene sus logros, y verán que todo valió la pena”.
Julia también se ofrece como guía para aquellos interesados en estudiar ingeniería química o cualquier otra carrera similar. Su mensaje es claro: el esfuerzo y la dedicación siempre valen la pena cuando están impulsados por la pasión y el compromiso.